500 AÑOS DEL SEÑALAMIENTO Y LA TASACIÓN DE LOS SOLARES PARA LA CONSTRUCCIÓN DE LA IGLESIA MAYOR DE ALMANSA (SANTA MARÍA DE LA ASUNCIÓN) EL 30 DE ABRIL DE 1524

 

Por Miguel Juan Pereda Hernández

 

"En la vylla de Almansa, a treynta días del mes de abril, año del nasçimiento de Nuestro Saluador Jesucristo de myll e quinyentos e beynte e quatro años; este día, estando juntos los onrrados Luys Navarro...". (AHMA).

 

El 30 de abril de 2024 se cumplen 500 años del señalamiento y la tasación de los solares para la construcción de la iglesia mayor almanseña, es pues un buen momento para conocer algunas de las vicisitudes que llevaron a ello.

1.  LA VIEJA IGLESIA DE SANTA MARÍA

A finales del siglo XIV Almansa alcanzó los 1.500 habitantes, de manera que la capacidad de la vieja iglesia quedó desbordada y se hizo necesario construir otra de mayores dimensiones.

Escasas son las noticias relativas al primer templo almanseño. Fue fundado hacia el último tercio del siglo XIII bajo la advocación de Santa María y estaba situado en la falda sureste del castillo. Era de reducidas dimensiones, de estilo gótico popular y contaba con arcos de diafragma ojivales y un artesonado de madera decorado con pinturas de los escudos de armas de los primeros pobladores cristianos.

 


2.  NECESIDAD DE CONSTRUIR UN TEMPLO MÁS AMPLIO

Desde principios del siglo XVI los almanseños eran conscientes de la necesidad de construir una iglesia de mayores dimensiones. Esta circunstancia les llevó a escribir varias veces al obispo de Cartagena para que autorizase su edificación y determinase su emplazamiento; cuestión sobre la que el concejo quería permanecer al margen, con el fin de evitar fricciones y rencillas entre las élites locales (familias más adineradas), propietarias de los terrenos donde necesariamente habría de ser erigida.

Según Miguel Sánchez Forte[1], ya en 1503 el concejo había acordado edificar una nueva iglesia parroquial, cuyas funciones hacía provisionalmente en aquellos momentos  la ermita-iglesia de San Juan (calle Hospital), pues la vieja iglesia de Santa María era muy pequeña e insuficiente para acoger a toda la gente del pueblo.

En 1521 el concejo trató de lograr un acuerdo sobre el lugar más idóneo para su construcción; no obstante, ante la falta de avenimiento, se decidió escribir nuevamente al obispo de Cartagena, rogándole que enviase una comisión que, ajena teóricamente al entramado de intereses locales, fuese la encargada de señalar su emplazamiento.

3.  OBLIGACIÓN DEL CONCEJO

El 30 de abril de 1524, en presencia del gobernador del marquesado de Villena licenciado de Lugo, se reunieron los oficiales del concejo de Almansa: Luis Navarro[2] y Juan Ruano (alcaldes), Alonso de Brihuega (alguacil), Berenguel de Casanova y Ambrosio de Brihuega (regidores) y Miguel Galiano[3] (jurado), con el maestro Torres y Bernal Andújar, visitadores de la diócesis de Cartagena enviados por orden del obispo Matheo de Lang[4].

Retratos del obispo de Cartagena Matheo de Lang. A la izquierda, grabado de Alberto Durero datado en 1522. (https://de.wikipedia.org/w/index.php?curid=3232966). A la derecha, pintura de Meister der Donauschule datada en 1529. (https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=2444691). En 1524, Matheo de Lang autorizó la construcción de la iglesia mayor de Almansa.

El concejo, tras evidenciar la falta de capacidad de la vieja iglesia para satisfacer las necesidades de culto, solicitó a los visitadores que diesen su autorización para la edificación de un nuevo templo de dimensiones más acordes con las expectativas desarrollistas del momento, así como que determinasen el lugar más apropiado para ello:

“...dixeron que por quanto esta villa tiene mucha neçesidad de yglesia porque la que tiene es muy pequeña e no cabe la gente del pueblo, y entre ellos ay diferencia dónde será mejor hedificada la dicha yglesia, e por se quitar de pasyones, an suplicado al Señor Obispo de Lang y al maestro Torres y Bernal Andújar, visytadores deste obispado, para que Su Señoría e los dichos visitadores determinen el sytio e lugar donde se haga la dicha Yglesia y hedifiçio...”.

En su respuesta, los visitadores manifestaron su deseo de complacer a los almanseños; no obstante, ante la falta de fondos de la Iglesia para acometer una empresa de tal envergadura, dada la escasa renta de que se disponía para su fábrica (la novena parte del diezmo)[5], condicionaron el inicio de las obras al previo compromiso de los vecinos y moradores de la villa de asumir los gastos de transporte de materiales (piedra blanca y parda, cal y arena).

Acto seguido, el concejo se comprometió a poner los materiales a pie de obra y firmó una escritura pública, en la que ofreció como garantía sus bienes generales y particulares; documento que fue sometido a la ratificación del gobernador del marquesado (poder civil), allí presente.

“... y agora, el dicho señor obispo les a dicho como están en determinar lo que les an pedido, pero que el dinero que la yglesia tiene es poco para enpeçar a hedificar, e la rrenta de la yglesia es en poca cantidad, e sy la villa no ayudase con carros e braçeros, al menos para traer la piedra, ansý la blanca como la parda syendo sacada, e la cal syendo hecha, e la arena, e la pusiese el dicho concejo e vecinos a su costa al pie de la obra, que sería escusado de entender en el dicho hedifiçio, ny se señalará, pues no hallan manera para que se haga la dicha obra; e luego, los dichos ofiçiales susodichos dixeron que suplicavan a Su Señoría y a los señores visytadores que determinen el sytio que les paresçía convinyente para el serviçio de Dios e bien de la dicha villa; y que ellos, desde agora, en nonbre de la dicha villa e vezinos della, se obligan a sý e a los vezinos e moradores de la dicha villa, que darán todos los carros e braçeros que sean menester para traer la piedra parda e blanca, dándola sacada la dicha yglesia, y la cal estando hecha, y arena que sea menester para la dicha obra, toda puesta al pie de la obra syn que a la dicha yglesia ny fabricación della cueste cosa alguna, por serviçio de Dios e de Nuestra Señora e vtilidad de la dicha villa; lo qual prometieron de lo hazer e cunplir, e para ello obligavan a sus bienes e a los bienes del conçejo, particulares e generales, e pidieron al licenciado Lugo, governador deste marquesado, que asý lo confirmase e mandase...”.



Acuerdo del Ayuntamiento de Almansa de 30 de abril de 1524 para el señalamiento y tasación de los terrenos donde construir la iglesia mayor almanseña. (AHMA).

4.  SEÑALAMIENTO DE LOS SOLARES

Una vez que el licenciado de Lugo confirmó la obligación del concejo y fue redactado el mandamiento que compelía a “...los alcaldes e regidores que agora son e serán de aquí adelante...” a cumplir fielmente lo dispuesto en ella, con poder para actuar judicialmente por vía de apremio contra los morosos, fue fijado el lugar más adecuado para la construcción de la nueva iglesia:

“...los dichos visytadores an declarado e señalado sytio donde se faga la dicha yglesia, ques en San Julián y en la casa de Alonso Rruano, y en la casa de Juan Martínez Çegarra, e la casa de los menores de Luis de León; lo qual se señaló por maestre Jacobo e otros oficiales segund quedó señalado...”

5.  DISCREPANCIAS EN CUANTO A LA TASACIÓN

Se trataba de un conjunto de “...casas e corrales e solares e fuertas...” que en su mayor parte pertenecían a Alonso de Pina, el principal potentado de la villa. Acto seguido, entendiendo que la obra era “...en tanto serviçio de Dios Nuestro Señor e de Su Gloriosa Madre, e pro e bien deste pueblo...”, el gobernador ordenó que fuesen nombrados dos maestros encargados de tasar los terrenos, uno por parte de la Iglesia y otro por la de los propietarios.

Aquel mismo día, el regidor y mayordomo fabriquero Ambrosio de Brihuega (administrador de los bienes para la edificación del templo) designó a Fernando de Valladolid; mientras que al día siguiente Alonso de Pina, como mayor propietario, nombró a Bernad Tárrega (alcaide lugarteniente del castillo). La propiedad fue valorada en 150 ducados por el tasador de la Iglesia y en 400 ducados por el de la otra parte.

Ante tal discrepancia, Alonso de Pina compareció ante el gobernador para pedir testimonio de cómo se negaba a poner precio a sus propiedades, por tratarse de bienes vinculados a su mayorazgo; y argumentó que, si había consentido en nombrar un tasador, había sido porque el gobernador se lo había mandado “...por fuerça e contra su voluntad...”.

 



Finalmente, el gobernador requirió a Alonso de Pina a que aceptase un precio justo, en razón de ser aquél el único lugar respecto al que había existido conformidad a la hora de determinar el emplazamiento de la nueva iglesia, conminándole a que se conformarse con el dictamen “...pues de justicia no se puede fazer otra cosa...”.

6.  EPÍLOGO

El primer artífice que entendió en la construcción del nuevo templo fue Juan de Marquina, que al abrir los cimientos y comprobar que el suelo no era el más apropiado para soportar el peso de un edificio de las características que se le exigían, declinó el encargo y se marchó en el verano de 1526.

En noviembre del mismo año, maestre Pedro Chavarría dio traza de la obra, que se encargó de levantar el maestro Juan de Aranguren. La iglesia mayor de Santa María entró en servicio el 6 de abril de 1545, lunes de Pascua de Resurrección.

 

Posible apariencia de la iglesia parroquial almanseña en diferentes fechas. M. J. Pereda Hernández.

 



En junio de 1624 acabaron las obras de la nueva portada con el cerramiento del arco. Fotografía: Juan Ramón Cañete.



7.  BIBLIOGRAFÍA:

PEREDA HERNÁNDEZ, M. J. (1988). El primer proyecto de iglesia mayor en Almansa. La traza de Maestre Pedro. I Congreso de Historia de Castilla-La Mancha. Tomo VII. Servicio de Publicaciones JCCM. Ciudad Real. Páginas 371-381.

https://ceclmdigital.uclm.es/results.vm?q=id:0000321494&lang=es&view=libros

 

PEREDA HERNÁNDEZ, M. J. (1989). La iglesia de Santa María de la Asunción de Almansa. (Estudio histórico 1524-1987). Asociación Cultural Torre Grande. Almansa.

https://torregrandealmansa.files.wordpress.com/2013/10/cel_8-i.pdf

 

PEREDA HERNÁNDEZ, M. J. (2006) La Iglesia de Santa María de la Asunción de Almansa: quinientos años de historia. Jornadas de Estudios Locales número 6. Almansa. Torre Grande & Excmo. Ayuntamiento de Almansa. Páginas 125-271.

 https://torregrandealmansa.files.wordpress.com/2013/10/3-la-iglesia-de-santa-marc3ada-de-la-asuncic3b3n-quinientos-ac3b1os-de-historia.pdf

 





[1] Miguel Sánchez Forte fue secretario del Ayuntamiento desde el 29 de marzo de 1907 hasta el 30 de diciembre de 1910, por lo que tuvo oportunidad de consultar el Archivo Municipal y recopilar una serie de notas sobre la construcción de la iglesia de la Asunción. Algunas de sus notas fueron publicadas por Ángel Ruano en la Revista Oficial de Fiestas de Almansa de 1987.

[2] Hijo del capitán de caballos Luis Navarro de Navarra, avecindado en Almansa en calidad de hidalgo el 1 de marzo de 1487; con él arraigó en la población el linaje de los Enríquez de Navarra.

[3] Ascendiente de don Miguel Galiano, que obtuvo privilegio de hidalguía en 1601.

[4] Matheo de Lang von Wellenburg nació en Augsburgo (Alemania) en 1468, y viajó por Europa a las órdenes de los emperadores Federico III y Maximiliano (abuelo de Carlos V). Influyó en la elección de Carlos V como emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, que se lo agradeció poniéndole al frente de la diócesis de Cartagena, de la que fue titular durante 27 años (1513-1540). Mateo de Lang no puso un pie en tierras murcianas, pero no descuidó sus obligaciones; de hecho, sus instrucciones para la administración de la diócesis fueron modelo de precisión germánica. También fue cardenal de Sant’Angelo, obispo de Albano, arzobispo de Salzburgo y obispo de Gurk.

[5] La cantidad anual para la construcción del templo era la novena parte del diezmo, que en Almansa se distribuía de la siguiente manera: clero local 12/36, cabildo episcopal 9/36, obispo 3/36, tercias reales 8/36 y fábrica de la iglesia 4/36.