MOLINOS Y MOLINEROS EN ALMANSA

 Por Miguel Juan Pereda Hernández

 

A mi bisabuelo paterno-materno Francisco Llobregat Martínez, que fue molinero del molino Chico desde 1890 hasta 1907 y del molino de la Torre desde 1908 hasta 1920; a mi abuela paterna María del Carmen Llobregat Vázquez, que vivió en la ribera de Zucaña hasta su matrimonio, y a mi tatarabuelo paterno-materno-paterno Antonio Vázquez López, molinero del molino de las Monjas.

 

En Almansa, a pesar de la escasez de agua, los molinos eran hidráulicos y estaban a orillas de la ribera de Zucaña y las acequias de Alpera y el pantano. Los documentos sólo mencionan un molino de viento. En el siglo XX llegaron nuevas fuentes de energía para mover los artefactos, como el vapor, el gas pobre y la electricidad. Hacia 1920 entró en funcionamiento la fábrica de harinas.

Acequia y cubo del molino de la Torre. Fotografía de Cecilio Sánchez Tomás.

1.    MOLINOS EN LOS SIGLOS XV Y XVI

Cuando en 1346 don Juan Manuel donó al concejo de Almansa sus tierras de regadío con sus aguas, se reservó el derecho de explotación de todos los molinos construidos o por construir a orillas de la acequia de Alpera. Posteriormente don Juan cedió el molino de las Barracas de Arriba (Vega de Belén) a su hijo ilegítimo Sancho Manuel, señor de Montealegre; señorío al que estuvo vinculado hasta 1490, en que pasó a manos de don Alonso Fajardo. En 1534 pertenecía a Luis Navarro (Enríquez de Navarra en el siglo XVII).

También existieron molinos y batanes en el entorno del regajo de Peñarrubia (precedente del actual pantano). Un documento de 1457 menciona el batán de Francisco Ximénez de Pina y el molino del alcalde mayor: “…dicho rregajo es, desde el abreuador de Los Santos el açeyca arriba fasta el batán de Francisco Ximénez de Pyna, açeyca y rregajo, e del dicho batán arriba fasta el molino del alcalde mayor, quedando los abreuaderos contiguos...”. 


En 1524 el gobernador del marquesado de Villena sugirió al concejo de Almansa que aumentase la capacidad del regajo (al que ya llamaban estanco o estanque) mediante la construcción de una presa, a la que consideraba conveniente adosar un molino, cuya explotación incrementaría las rentas municipales.

En 1530 alcaldes y regidores llegaron a un acuerdo con el maestro de cantería Juan de Aranguren para que levantase una presa de 40 palmos de altura (8,37 m) y construyese un molino de dos ruedas adosado a la misma: 

“…e la alçará la dicha pared quarenta palmos de vara de la manera e obra que está enpeçada y en ella hará su ensanguador, e hará su casa de molino junto a la dicha pared del dicho Estanco, de cal y piedra e manpostería, e hará dos ruedas de molino en la dicha casa, e conprará las muelas e rodeznos e sus astas a su costa, que muelan muy bien...”.

 En 1538, el concejo suscribió un nuevo contrato con el citado maestro para que acabase la presa antes de finales de abril de 1539 y edificase el molino en el plazo de cuatro años. No sabemos si Aranguren construiría o no el molino, lo cierto es que la presa que diseñó y edificó se desmoronó una década más tarde, lo que llevaría a erigir la actual.

Por lo que respecta a la ribera de Zucaña, sabemos que entre 1498 y 1499 funcionaban cuatro molinos, conocidos por los nombres de sus propietarios: Mateo de Ochoa, Pedro Ochoa, Alfonso Pina y Lope de Alarcón

Nos costa que en 1524 Hernando de Valladolid había fundado un molino en el abrevadero del Tejar, pero ante las quejas de los vecinos por los perjuicios que ello suponía para los ganados, el gobernador del marquesado de Villena ordenó que fuesen a verlo dos maestros y se hiciesen las obras necesarias para solventar el problema. 

En abril de 1561 molían seis molinos en la ribera de Zucaña: el del regidor Hernando Vallejo, el de Los Álamos, el de Sebastián de Cantos, el de don Alonso, el de Martín Darro y el de Marcos Navarro (Enríquez de Navarra a partir del siglo XVII).

2.    MOLINOS EN LOS SIGLOS XVII Y XVIII

A mediados del siglo XVII, a orillas de la acequia de Alpera en su recorrido por término de Almansa funcionaban cuatro molinos y un batán (para enfurtir paños y tejidos).

Fragmento del mapa de la acequia de las aguas de Alpera. ESTEPA. Universidad de Valencia.
 
Restos del batán de El Ángel. Fotografía de Juan Luis Bonete.

Por lo que respecta a la ribera de Zucaña, cuatro de sus molinos formaban parte del vínculo y mayorazgo de la familia Enríquez de Navarra; concretamente, los molinos Chico, de los Álamos, de la Balsa y de la Torre. De ello daba fe don Marcos Enríquez de Navarra en su testamento de 16 de marzo de 1678:

“…son bienes de vínculo y mayorazgo los siguientes: primeramente un molino harinero en la ribera de Zucaña que llaman el molino de Martín de Alarcón (molino Chico), que es el penúltimo de los que hoy hay, y lo dejó vinculado el dicho Martín de Alarcón, abuelo de la dicha señora Doña Ana María, mi legítima mujer […]

otro molino harinero en la dicha ribera de Zucaña que llaman de los Álamos, el cual se vinculó en testamento por Juan de Alarcón, bisabuelo materno de dicha señora […]

por disposición del señor Marcos de Navarra, mi tío, hermano de García Navarra, mi bisabuelo paterno, son vínculo y mayorazgo un molino harinero que llaman de la Balsa […] y otro molino harinero que llaman de la Torre, ambos en la ribera de Zucaña…”.

Los molinos Chico, de los Álamos, de la Balsa y de la Torre estuvieron vinculados al mayorazgo de los Enríquez de Navarra (Fotos: Medio Ambiente Ayuntamiento de Almansa y Francisco Navarro Olaya).

   El molino Chico y el de los Álamos habían sido agregados al vínculo de don Marcos Enríquez de Navarra por su matrimonio con doña Ana María Marín de Alarcón, como exponía el hijo de ambos, don Luis Enríquez de Navarra y Marín, en su testamento de 25 de julio de 1714:

“…Declaro asimismo que soy poseedor de todos los vínculos y mayorazgos y patronatos que pertenecen a ambas Casas y Familias, así de la de Enríquez de Navarra, que es mi Varonía paterna, como de la de Ruiz de Alarcón, que es la materna; y los vínculos y mayorazgos se componen de cuatro molinos harineros en la Ribera de Zucaña…”.

Disponemos de algunos contratos de arrendamiento de los molinos de la Balsa y la Torre en 1695, así como del molino Chico en 1712. Los molineros pagaban su renta en especie: harina de trigo y de centeno (el pan de los pobres).

2.1     Arrendamiento de los molinos de la Balsa y la Torre

El 28 de diciembre de 1695 don Luis Enríquez de Navarra alquiló por 10 años el molino de la Balsa a Antonio Megías, por una renta de siete cuarterones y medio de harina a la semana, con todos los gastos (mayores y menores) por cuenta del molinero; y el de la Torre a Juan de Poveda por nueve cuarterones de harina a la semana, quedando por cuenta del arrendatario los gastos menores hasta la botana inclusive, de los mayores se haría cargo el propietario.

2.2     Arrendamiento del molino Chico de los Alarcones

El 8 de abril de 1712, don Luis Enríquez de Navarra arrendó a Felipe de Torres el molino Chico de los Alarcones (llamado así por haber pertenecido a la familia Ruiz de Alarcón). El periodo de arrendamiento sería de cuatro años (de san Juan Bautista de 1712 a san Juan Bautista de 1716); con un alquiler de siete cuarterones de harina (mitad de trigo y mitad de centeno) a la semana, puestos en casa del propietario, y las condiciones siguientes:

1.   Trascurridos los cuatro años, las muelas y herramientas del molino deberían ser devueltas a conformidad de su propietario (en buen estado).

2.   Las reparaciones que no excediesen de un día de trabajo correrían por cuenta del molinero, y si requiriesen de más tiempo se pagarían a medias.

3.   Tanto el dueño del molino como el molinero podrían rescindir el contrato avisando con cuatro meses de antelación.

3.    MOLINOS Y MOLINEROS EN EL SIGLO XVIII

De los 12 molinos que entre 1755 y 1786 funcionaban en Almansa, nueve estaban en la ribera de Zucaña, dos en las Barracas (movidos por las aguas de Alpera) y otro en San Antón (accionado por las aguas del pantano).

3.1     Propietarios y renta de los nueve molinos de Zucaña en 1755

  • Don Juan Catalá (vecino de Valencia) poseía dos molinos que le proporcionaban rentas anuales de 1.850 y 1.500 reales.
  • Don Tomás Galiano Enríquez era propietario de un molino cuya renta era de 50 fanegas de trigo y centeno, por mitad.
  • Don Luis Enríquez de Navarra tenía dos molinos, que le reportaban un rendimiento de 63 fanegas de trigo y centeno por mitad el uno, y 40 fanegas de trigo y centeno por mitad el otro.
  • Don Marcos Enríquez de Navarra disfrutaba de dos molinos que le producían 50 fanegas de trigo el uno, y 62 de trigo y centeno por mitad el otro.
  • El presbítero don Jerónimo Alarcón Olivencia era dueño de otro molino que le rentaba 1.200 reales. 
  • El noveno y último molino formaba parte de los bienes del convento de agustinas recoletas y estaba arrendado por 1.650 reales.

3.2     Propietarios y renta de los dos molinos de las Barracas en 1757

Uno pertenecía a Luis Ibáñez Martínez y el otro al presbítero don Martín Díaz Platas; sus respectivas rentas eran de 500 y 600 reales.

3.3     Propietario y renta del molino de San Antón en 1775

El molino de San Antón pertenecía a la Capellanía de los Santos (fundada a principios del siglo XV por el clérigo don Juan García de Otazo)  y rentaba 1.270 reales al año.

3.4     Molineros y sus criados (empleados) con sus rentas en 1775

  • Antonio Megías, 1.220 reales.
  • Apolonia Pinar (viuda), 1.575 reales.
  • Gabriel Gil, 1.800 reales.
  • Alonso Sánchez, 1.350 reales.
  • Nicolás Sánchez, 2.100 reales.
  • Pascual de Torres, 2.100 reales.
  • Ana Gómez, 1.520 reales.
  • Domingo Gil, 1.220 reales.
  • José Sánchez, 1.050 reales.
  • Francisco Megías, 4.200 reales por dos molinos.
  • Diego Megías, 2.100 reales.
  • Bartolomé de Torres, 880 reales.
  • Diego Megías, hijo y criado de Antonio Megías, 880 reales.
  • José Martínez, criado de Domingo Gil, 880 reales.
  • Pascual Gómez, criado de Ana Gómez, 880 reales.
  • Un hijo de Benito Escalante, 880 reales.
     

4.    SIGLO XIX

Según Madoz, en 1845 había en Almansa “…un molino harinero impulsado por el viento, 11 movidos con las aguas de Zucaña, y el de Antonio (San Antón) con las del pantano en la primavera…”. El único molino de viento estaba situado cerca de la Cruz Blanca (al oeste del actual monumento al zapatero, entre las calles Escultor José Luis Sánchez y Zurbarán).

Ubicación del molino de viento de Almansa en los planos de 1876 (Coello) y 1878.

En 1871 funcionaban 11 molinos hidráulicos, cuyos propietarios o arrendadores (no se especifica en el libro de matrícula) eran José Megías Gil, Vicente Megías López, José Megías López, Isabel Ruano, Juan José del Castillo, Antonio Megías González, Sebastián Megías Gil, Miguel Megías Megías, Antonio Megías, Gabriel Megías Gil y Francisco Garijo. También molturaban el molino de viento, por el que cotizaba Francisco Megías, y un molino seco de una piedra movida por una bestia en una tahona cuyo titular era Ramón Saus.

Molinos hidráulicos en 1890

MOLINOS

TITULAR

TIEMPO DE TRABAJO

Alto

Plácido Gil Megías 

De tres a seis meses

De los Álamos

Bárbara Pérez

De tres a seis meses

De la Torre

Antonio Gil Catalán

De tres a seis meses

De las Monjas

Antonio Vázquez López

De tres a seis meses

De las Higueras

José Megías Galiano

De tres a seis meses

De la Balsa

José Penadés Galiano

De tres a seis meses

Del Tejar

Antonio Megías Pérez

De tres a seis meses

Chico

Francisco Llobregat Martínez

De tres a seis meses

Último

Miguel Megías Megías

De tres a seis meses

Barracas de Arriba

Francisco Megías Cuenca

Menos de tres meses

Barracas de Abajo

José Martínez Tomás

Menos de tres meses

San Antón

José López Azorín

Menos de tres meses

5.    SIGLO XX

 En 1903 entró en servicio un molino eléctrico de tres piedras que estaba en la calle Doña Violante y pertenecía a los hermanos Arteaga; en 1910 era movido por una máquina de vapor. Posteriormente, en aquel mismo local estuvo la carbonería de Soriano. 

Los molineros Antonio Vázquez y Juan Banovio ante las puertas del molino eléctrico de los Hermanos Arteaga (esquina Doña Violante-Goya). Fotografía del libro Almansa: Imágenes de un pasado.

De los molinos hidráulicos, los de las Monjas (de dos piedras), la Balsa y San Antón molían tres meses al año; los demás, seis meses.

Molinos en 1903

MOLINOS

TITULAR

PIEDRAS Y TIEMPO DE TRABAJO

De las Monjas

Antonio Vázquez López

2 piedras, 3 meses

De la Balsa

José Megías Alcocel

1 piedra, 3 meses

De las Higueras

Francisco Megías González

1 piedra, seis meses

Alto

José Megías González

1 piedra, seis meses

Del Tejar

Antonio Megías Pérez

1 piedra, seis meses

De los Álamos

Bárbara Pérez Hernández

1 piedra, seis meses

Chico

Francisco Llobregat Martínez

1 piedra, seis meses

Último

Antonio Cuenca Gómez

1 piedra, seis meses

De Arriba

Antonio Gil Catalán

1 piedra, seis meses

De la Torre

Francisco Megías Cuenca

1 piedra, seis meses

De la Galiana

Antonio Megías Ruano

1 piedra, seis meses

De San Antón

Antonio Tortosa Martínez

1 piedra menos de tres meses

Doña Violante

Hermanos Arteaga

3 piedras con electricidad

Propietarios y arrendatarios de los molinos hidráulicos en 1905

MOLINOS

PROPIETARIO

ARRENDATARIO

De las Monjas

Sociedad Aguas de Zucaña

Antonio Vázquez López

De la Balsa

José Enríquez de Navarra

José Megías Alcocel

De las Higueras

José Antonio Sáez Ibáñez

Francisco Megías González

Alto

Ana María González Real

José Megías González

Del Tejar

Antonio Gil Catalán

Antonio Megías Pérez

De los Álamos

Diego Enríquez de Navarra

Bárbara Pérez Hernández

Chico

Eduardo Megías Pérez

Francisco Llobregat Martínez

Último

Ana Enríquez de Navarra

Antonio Cuenca Gómez

De la Torre

José Enríquez de Navarra

Antonio Gil Catalán

Barracas de Arriba

Francisco Megías Cuenca

Explotado por el dueño

Barracas de Abajo

Josefa Alcaraz Galiano

Antonio Megías Ruano

San Antón

Antonio Vázquez Abad

Antonio Tortosa Martínez

En 1913 los molinos hidráulicos ya funcionaban todo el año, tal vez gracias al añadido de un motor de gas pobre que se ponía en marcha cuando no había caudal suficiente. En 1917, las dos piedras del molino de San Antón eran movidas por un motor de gas.

Molinos en 1917

MOLINOS

TITULAR

PIEDRAS Y TIEMPO DE TRABAJO

De las Higueras

Vicente Vázquez Abad

1 piedra, todo el año

Alto

José Megías González

1 piedra, todo el año

De los Álamos

Bárbara Pérez Hernández

1 piedra, todo el año

De la Torre

Francisco Llobregat Martínez

1 piedra, todo el año

Último

Antonio Cuenca Gómez

1 piedra, todo el año

Del Tejar

Antonio Gil Catalán

1 piedra, todo el año

De Arriba

Francisco Megías Cuenca

1 piedra, todo el año

La Galiana

Antonio Megías Ruano      

1 piedra, todo el año

Victoria

Eduardo Megías Pérez

1 piedra, todo el año

De las Monjas

Enrique Durá Vila

1 piedra menos de 3 meses

San Antón

López Vicente y Compañía

2 piedras movidas a gas

En 1924, José Sánchez López, S. en C. (Sociedad en Comandita) contribuía por un molino a maquila eléctrico de tres piedras y una fábrica de harinas de cilindros, ambos establecimientos estaban ubicados en la Carretera de Ayora. También funcionaba un molino eléctrico de tres piedras en la calle Mendizábal.

Productores de harina en 1924

MOLINOS

TITULAR

TIPO DE ESTABLECIMIENTO

De las Higueras

Vicente Vázquez Abad

Molino fuerza hidráulica

De la Balsa

Juan Banovio Navarro

Molino fuerza hidráulica

Extramuros

Diego Ruano Milán

Molino fuerza hidráulica

Del Álamo

Bárbara Pérez Hernández

Molino fuerza hidráulica

Último

Antonio Cuenca Gómez

Molino fuerza hidráulica

Del Tejar

Antonio Gil Catalán

Molino fuerza hidráulica

De Arriba

Francisco Megías Cuenca

Molino fuerza hidráulica

De Galiano

Antonio Megías Bueno       

Molino fuerza hidráulica

Chico

Eduardo Megías Pérez

Molino fuerza hidráulica

De las Monjas

Enrique Durá Vila

Molino fuerza hidráulica

Calle Mendizábal

Julio Pérez Picazo

Molino eléctrico 3 piedras

Carretera de Ayora

José Sánchez López, S. en C.

Molino eléctrico 3 piedras

Carretera de Ayora

José Sánchez López, S. en C.

Fábrica de Harinas

En 1935, además de la Fábrica de Harinas, funcionaban seis molinos eléctricos (uno de tres piedras, otro de dos y cuatro de una).

Productores de harina en 1935

TITULAR

TIPO DE ESTABLECIMIENTO

DOMICILIO

José Sánchez López

Molino eléctrico 3 piedras

Carretera de Ayora

Antonio González Sáez

Molino eléctrico 2 piedras

Buen Suceso, 20

Francisco García Pedrón

Molino eléctrico 1 piedra

Pi y Margall

Álvaro Berenguer Conejero

Molino eléctrico 1 piedra

Francisco Ferrer

Juan Berenguer Conejero

Molino eléctrico 1 piedra

La Rosa

Sabino Villaescusa Martínez

Molino eléctrico 1 piedra

Carretera de Madrid

Juan Banovio Navarro

Molino de represa 1 piedra

Molino de la Balsa

Ricardo Megías Ruano

Molino de represa 1 piedra

Santa Lucía

Miguel López Cantos

Molino de represa 1 piedra

Molino de los Álamos

José Almendros Villaescusa

Molino de represa 1 piedra

Molino de las Higueras

Antonio Cuenca Gómez

Molino de represa 1 piedra

Molino Último

Antonio Vázquez Megías

Molino de represa 1 piedra

Molino de las Monjas

Miguel Rosique Gómez

Molino de represa 1 piedra

Molino de la Torre

Basilio Cerdán Garijo

Molino de represa 1 piedra

Molino del Tejar

José Sánchez López

Fábrica de harinas eléctrica

Carretera de Ayora

 Los antiguos molinos hidráulicos almanseños fueron cesando en su actividad; en 1935 molían ocho; en 1936, siete; en 1940, cinco; y desde 1943 a 1959 todavía lo hacían cuatro; poco a poco dejaron de moler en la década de los 60.

6.    LA FÁBRICA DE HARINAS

La Fábrica de Harinas José Sánchez López, S. en C. (Sociedad en Comandita) entró en funcionamiento hacia 1920 en un edificio construido en la Carretera de Ayora. Ello constituyó una innovación por lo que respecta a la elaboración de harinas en Almansa, pues se trataba de una moderna factoría a cilindros montada con maquinaria y sistemas de producción exclusivos de la firma suiza Daverio, una de las más importantes del sector.

Fábrica de Harinas José Sánchez López, S. en C. hacia 1921.

La firma también contaba con un molino eléctrico a maquila (pago en especie). Tenía registrada la marca Flor Dorada. Su dirección telegráfica era Sánchez; su apartado de Correos, el 6; y su teléfono, el 60. Financieramente operaba con el Banco Central, el Banco Español de Crédito y el Banco de Vizcaya, así como con el Banco Hispano Americano en Albacete. 

En 1935 la producción diaria normal de la fábrica era de 10.500 kg de harina, cantidad similar a la que en aquellos momentos elaboraban conjuntamente los 16 molinos de la ciudad (hidráulicos y eléctricos). En Almansa funcionaban 19 hornos, que producían  8.500 kg de pan al día; cifra que suponía una media de 576 gramos por habitante.

 


En enero de 1935, el propietario de la empresa, José Sánchez López, sufrió un serio percance en el que hubo un disparo de escopeta. Los periódicos de la época se hicieron eco del suceso de manera dispar; en sus titulares, unos calificaron el hecho de agresión, otros de intento de agresión y otros de atentado social. También hubo discrepancias en cuanto al nombre del supuesto agresor y los motivos que pudieron llevarle a ello.

Recortes de prensa de La Voz (16.01.1935) y La Libertad (17.01.1935)

Recortes de prensa de La Voz de Aragón (17.01.1935) y La Época (18.01.1935)

Durante la Guerra Civil, la empresa fue expropiada e intervenida por la Sociedad de Artes Blancas Alimenticias de Almansa (UGT). Ello generó problemas con el personal de oficina, que a su vez estaba sindicado en la Asociación de Oficinistas. Los obreros manuales negaron a los administrativos representatividad en el comité de control de la fábrica, exigiéndoles que si querían formar parte del mismo debían ingresar en la Sociedad de Artes Blancas, a lo que éstos se negaron. El  6 de abril de 1937, el Comité Central de la UGT respondió que los empleados de oficina no podían pertenecer a la Sociedad de Artes Blancas, pero sí formar parte del comité de control de la empresa.

Ante la problemática local de falta de medios de transporte, en agosto de 1937 se acordó que la Fábrica de Harinas adquiriese dos camiones. En octubre de 1938, tras la denuncia de que los operarios de la empresa incumplían lo regulado por el Consejo Municipal (Ayuntamiento) respecto al racionamiento de pan, se les ordenó que se atuviesen a las normas fijadas para todo el vecindario y cobrasen el canon de molienda en metálico y no en especie.

En abril de 1938, a requerimientos del Consejo Municipal y el Inspector Provincial de Sanidad, la empresa manifestó que tenía 21 empleados cuya jornada era de 8 horas y sus salarios de 11,75 pesetas el medio y 11,25 pesetas el mínimo. Las condiciones técnicas e higiénicas que ofrecía a su personal eran las necesarias y las medidas de protección las exigidas por la Ley. No tenía policlínica ni médicos para sus obreros. Por lo que respecta a requisitos técnicos, físicos o sanitarios para el ingreso, la firma exigía un reconocimiento por parte del médico de la Mutual Almanseña. No se llevaba un control de las condiciones físicas de los trabajadores, aunque si enfermaban en el trabajo se les continuaba pasando el sueldo hasta su restablecimiento. El documento está firmado por poderes por Cuenca, con el visto bueno del Comité de Control de la U.G.T. rubricado por Abellán.


Finalizada la Guerra Civil, la fábrica fue devuelta a sus legítimos propietarios. Obtuvo notables ganancias con la implantación del Servicio Nacional del Trigo, lo que le permitió ampliar sus instalaciones con la construcción de silos de almacenaje.

7.    FUENTES

Archivo Histórico Municipal de Almansa. 

Archivo de la Casa Enríquez de Navarra de Almansa.

https://medioambiente-almansa.es/

PEREDA HERNÁNDEZ, M. J. 2013: Almansa desde los Reyes Católicos hasta la Transición. Almansa. Excmo. Ayuntamiento & Torre Grande.

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