EN 1530 LOS ALMANSEÑOS JURARON CELEBRAR LA FIESTA DE SAN ROQUE PARA SIEMPRE JAMÁS

 

Por Miguel Juan Pereda Hernández

 

En 1530 Almansa juró celebrar las fiestas de la Visitación y de San Roque

El jueves 26 de mayo de 1530, día de la Ascensión, aterrorizados por una epidemia de peste que había provocado algunas muertes en la villa, los almanseños se reunieron en la iglesia de Santa María (antiguo templo situado en la falda del castillo), donde fueron instados desde el púlpito por el licenciado Martín Alonso Adornallo a que tomasen como abogados contra la peste a la Gloriosa Virgen Santa María y a San Roque.

    El sacerdote preguntó a los presentes si era su voluntad jurar la fiesta de la Gloriosa Madre de Dios cuando visitó a su prima Santa Isabel (2 de julio), así como la de San Roque (16 de agosto) y todos, llorando y a una sola voz, dijeron que sí.

    A continuación, Martín Alonso Adornallo tomó en sus manos la cruz mayor, los vecinos y moradores de la villa presentes se hincaron de rodillas y, tanto en su nombre, como en el de los ausentes y venideros (futuros vecinos), juraron que festejarían con toda devoción para siempre jamás dichas fiestas, y que nunca quebrantarían ni revocarían su juramento.

Firma del clérigo y bachiller Martín Alonso Adornallo

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Ihsxpo.

“En la noble villa de Almansa, día de la Asçensión de Nuestro Salvador Ihsxpo. de mill e quinyentos e treynta años, jueves que se contaron veynte e seys días del mes de mayo del dicho año; este día, estando en la yglesia de Nuestra Señora Santa Marýa desta dicha villa los muy nobles señores Lázaro Ochoa e Juan Galiano, alcaldes hordinarios; e Berenguel de Casanova, e Pedro Vañón, e Cosme Ángel, e Juan Pina, rregidores; e Bernad Núñez, alguazil; e Juan del Enzina, e Antón Herrero, jurados; e los venerables señores el beneficiado Alonso Sánchez de Brihuega, e Mosén Martín Navarro, y el bachiller Martín Alonso Adornallo, clérigos; e toda la mayor parte del pueblo.

El dicho bachiller Martín Alonso se puyó al púlpito e dixo que ya hera notoryo a todos los fieles cristianos, presentes e avsentes, en como en esta villa avían muerto del mal de pestilencia Bartolomé Valero, e la muger de Alonso Galiano, vezinos desta villa; e porque Dios Nuestro Señor, por los méritos de Su Santísima Pasión, quisiese librar este pueblo y el de todo cristiano, tomasen por abogada a la Gloriosa Virgen Santa María, abogada de todos los pecadores, para quella, con todos los santos de la corte del cielo, fuesen rrogadores a Nuestro Señor Ihsxpo. quisiese alçar su yra de todo pueblo cristiano; e ansimismo, al bienaventurado Señor San Rroque, abogado contra la peste.

Y estando ansí platicando el dicho señor Martín Alonso en el dicho púlpito de la dicha yglesia, dixo que si hera la voluntad de todos de jurar las fiestas de la Gloryosa Madre de Dios, quando Nuestra Señora visitó a Santa Elisabet, ques a dos días del mes de julio de cada vn año, e la fiesta de Señor San Rroque, ques a diez e seys días del mes de agosto de cada vn año; e todos los que de presente se hallaron, ansí por los presentes como por los ausentes, y por todos los que de aquí adelante sucederán en esta villa para agora e para sienpre jamás, todos a vna voz dixeron llorando quellos querían jurar las dichas fiestas, según desuso está dicho.

E ansí, tomó el dicho bachiller Martín Alonso la cruz mayor en sus manos, e toda la gente se hincó de rrodillas e dixo que, vosotros señores, y cada vno de vos, ansí por los presentes como por los avsentes, jurays a Dios Nuestro Señor e a su Gloryosa Madre, e a todos los santos e santas y escogidos de Dios Nuestro Señor, que terneys e guardareys las dichas fiestas susodichas, e no las quebrantareys vosotros, ni criados, ni otras personas, antes festejareys las dichas fiestas con toda deboción; los quales, y el dicho pueblo todo junto, ansí dixeron que lo juravan que no lo quebrantarían ny revocarían el dicho juramento, agora ny en nyngún tienpo, so pena de perjuros; y que Dios Nuestro Señor se les demande mal y caramente en este mundo al cuerpo y en el otro a las ánymas, donde más an de durar, pudiendo guardar la salud de sus ánymas.

E los dichos señores oficiales, los que sabían escrevyr, lo firmaron de sus nonbres, e ansimismo los dichos señores clérigos lo firmaron ansimismo de sus nonbres, e mandaron a mí, Diego de Alcaraz, escrivano del Ayuntamiento, dé testimonio de lo susodicho e lo asiente en el libro del Ayuntamiento”.

    Nada sabemos sobre la celebración de la festividad de la Visitación de la Virgen a su prima Santa Isabel en Almansa; sólo nos consta la existencia de dos representaciones pictóricas de dicha advocación, una tras el altar mayor de la iglesia del santuario de Belén y otra en el ábside de la iglesia de Santa María de la Asunción.

    Por lo que respecta a San Roque, diremos que no sería hasta 1599 cuando, en su condición de abogado contra la peste, el Ayuntamiento mandase construir una ermita (o poner bajo su advocación otra ya existente debidamente reformada); emplazamiento sobre el que en la década de los sesenta del pasado siglo sería erigida la actual iglesia de su nombre.

Grupo de personas (algunas muy conocidas) que formaron parte de la comisión Pro-construcción de la iglesia de San Roque; entre ellos, el obispo de Albacete don Arturo Tabera Araoz, en el día de la bendición del templo y primera misa. (Fotografía y comentario facilitados por Jesús Bernardo Torres Sáez).

    En junio de 1649, en ocasión de una nueva epidemia de peste, tras haber permanecido la imagen de San Roque año y medio en la iglesia parroquial de la Asunción, fue devuelta a su ermita y se celebraron festejos en su honor.

    En 1670 se honró a San Roque con unos festejos de toros, en los que el concejo gastó 757 reales.

    En junio de 1677, ante una epidemia de peste que asolaba Murcia y Cartagena, se buscó una vez más la protección de San Roque para que la villa quedase libre del contagio.

    En la década de los 20 del pasado siglo, las fiestas de San Roque eran organizadas por un colectivo festero llamado La Festival Almanseña (del que próximamente hablaremos), en colaboración con el Ayuntamiento.

Fiestas de San Roque en 1927 (El Diario de Albacete)

    En las Fiestas de San Roque del año 1927, el corresponsal de prensa de El Diario de Albacete manifestaba que el objetivo fundamental de los organizadores no era otro que estimular las “…ansias de vivir con miras al progreso…”:

“…Nuestro más entusiasta aplauso a La Festival  Almanseña, pues cumpliendo lo prometido conseguirá despertar el entusiasmo entre el vecindario desechando de los espíritus apocados la peculiar morriña y renovándola por algo enervador y vigoroso que acuse ansias de vivir con miras al progreso…”.

    En la actualidad, cuando ya nadie recuerda los términos del juramento formulado en 1530, los festeros del barrio continúan organizando actos para celebrar la “…fiesta de Señor San Rroque, ques a diez e seys días del mes de agosto de cada vn año…”.

    FUENTE:

PEREDA HERNÁNDEZ, M. J. (1995). ¡Agua Virgen de Belén! Devoción y tradición en torno a la patrona de Almansa.

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