Por Miguel-Juan Pereda Hernández
1.
Introducción
La
costumbre de solemnizar algunas fiestas religiosas con actos organizados en
torno a la lucha entre un bando moro y otro cristiano constituye una de las
facetas de la diversión popular más profusamente implantadas en la península
Ibérica, que posteriormente sería trasladada al continente americano.
En
esencia, la fiesta de Moros y Cristianos consiste en una representación de
teatro popular que complementa el ritual litúrgico y refuerza los lazos
comunitarios mediante el combate entre dos bandos: el de los héroes (los
cristianos) y el de sus enemigos (los moros), que se enfrentan por la posesión
de un bien colectivo.
2.
Milicias locales
Si
bien desde 1386 ya existían en Almansa milicias locales encargadas de proteger el
territorio, serían los Reyes Católicos quienes acabasen por implantarlas en
todos sus reinos y señoríos. Posteriormente, preocupado por el alzamiento de
los moriscos de las Alpujarras, así como por los desembarcos de turcos y
berberiscos en las costas levantinas y andaluzas, Felipe II procedió a su
reorganización y jerarquizó a sus integrantes bajo los grados de capitán,
alférez, sargento, cabo y soldados.
3.
Alardes y soldadescas. Ejemplos próximos
En ocasión
de las grandes fiestas religiosas, dichas milicias locales solían intervenir en
alardes, soldadescas y representaciones de moros y cristianos. Con ello se
pretendía solemnizar los actos litúrgicos, simultaneándolos con la diversión, el
adiestramiento militar y la puesta a punto del armamento. Así lo demuestran
numerosas referencias documentales, como las de Alcoy, donde ya en 1668 se festejaba
a su patrón San Jorge con una procesión en la que intervenían compañías de
vecinos ataviados con trajes de moros y cristianos:
“...cuya celebridad se festeja en la
misma iglesia del Santo con sonora música, y con diferentes invenciones de
cohetes, de que cuyda el Jurado segundo del año antecedente, por estar anejo a
su oficio; en cuyo día se hace una regocijada Processión; ilustrándola una
compañía de cristianos moros y de Cathólicos Christianos cuyo alférez es el que
elige el Justicia, y este el que nombra el Capitán de los moros; por la vuelta
de la processión lleva el Justicia el Estandarte mayor de la Villa; y de los
cordones los demás Oficiales. En la tarde se hacen algunos ardides de guerra
dividiendo la compañía en dos tropas, componiendo la una los Christianos y la
otra los Moros, que sugetos a liciones de milicia se están belicosamente arcabuceando;
encaminándose tanto bullicio en honra y culto de nuestro Santo Patrón San
Jorge, que en aquellas eras invicto defendió esta Villa, y en la presente la
conserva, y conservará con su Patrocinio...”. (Cronista Carbonell; 1672).
Célebre Centuria, de Vicente Carbonell. Biblioteca Valenciana Digital. |
No
obstante ello no constituía ninguna novedad, pues medio siglo antes, en 1614 y
1616, ya consta documentalmente que se había hecho algo parecido en Jumilla con
motivo de la fiesta de Nuestra Señora de la Asunción:
“...acordaron que atento la fiesta de
la Asunción de Nuestra Señora de agosto es ya cerca, y es bien que tal
festividad se la venere como en razón y como es costumbre i siempre se fizo, y
entre una de las fiestas que se an de facer es bien que fagan Moros y
Cristianos...”. (Jumilla,
14 de julio de 1614. Folios 223 y 224 del libro 6º de 1609-1616. Archivo
Municipal de Jumilla. Juan Gil Canicio).
“...dixeron que atento la fiesta del
Asunçión de Nuestra Señora de agosto está çerca, y es bien que tan alta fiesta
se solemniçe y sehan fiestas qual conbengan a tan solemne día y para ello se
fagan moros xristianos...”.
(Jumilla, 24 de julio de 1616. Folio 318 del libro 6º de 1609-1616. Archivo
Municipal de Jumilla. Juan Gil Canicio).
También
las Actas Municipales del Concejo de Almansa recogen disposiciones similares respecto
a la organización de festejos en los que participaron vecinos ataviados con
trajes de moros y cristianos. Datan de 1662 y, curiosamente, con aquellas
fiestas no se pretendía honrar a los patrones de la villa (San Francisco desde
1608 y Nuestra Señora de Belén desde 1644), sino a la Inmaculada Concepción de
María, y el motivo no era otro que celebrar la publicación de un documento
pontificio cuyas vicisitudes pasamos a explicar.
AHMA. Legajo 1.313. Expediente 2. Folio 24 vuelto. |
4.
Maculistas contra inmaculistas
A
mediados del siglo XVII en los países católicos se dieron grandes controversias
y enfrentamientos entre maculistas e inmaculistas (detractores y
partidarios de la Inmaculada Concepción de María). Los dominicos (maculistas)
y los franciscanos (inmaculistas) se atacaban sin misericordia a
este respecto, y llevaban a cabo airadas disputas tildándose unos a otros de
herejes. El asunto era debatido de manera apasionada, no sólo en las
universidades y los cabildos catedralicios, sino también en campos, villas y
ciudades.
En reiteradas
ocasiones el rey Felipe IV pidió a la Santa Sede la declaración de la Concepción
Inmaculada como dogma de fe, pero los pontífices no se mostraron partidarios de
ello. En 1655, el papa Alejandro VII autorizó que se pudiese hablar, escribir y
publicar libremente sobre el tema, circunstancia que aprovechó Felipe IV para
enviar una nueva embajada a Roma, encabezada por el obispo de Orihuela, don Luis
Crespí de Borja, con el fin de insistir en la tesis inmaculista.
El 8 de diciembre de 1661, Alejandro VII publicó la Constitución Apostólica Sollicitudo omnium ecclesiarum, manifestando que María había sido preservada del pecado original desde el primer instante de su Concepción, y tal misterio era objeto de creencia y culto aceptado por la Iglesia; aunque no admitió su declaración dogmática. Habría que esperar casi dos siglos, hasta el 8 de diciembre de 1854, para que el papa Pío IX declarase dogma de fe el misterio de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.
El obispo de Orihuela, don Luis Crespí de Borja, fue enviado por Felipe IV a Roma para defender el Misterio de la Inmaculada Concepción de María. |
El 8 de diciembre de 1661, Alejandro VII publicó la Constitución Apostólica Sollicitudo omnium ecclesiarum, manifestando que María había sido preservada del pecado original desde el primer instante de su Concepción, y tal misterio era objeto de creencia y culto aceptado por la Iglesia; aunque no admitió su declaración dogmática. Habría que esperar casi dos siglos, hasta el 8 de diciembre de 1854, para que el papa Pío IX declarase dogma de fe el misterio de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.
Inmaculada Concepción con los jurados de la
ciudad de Valencia en 1662. Jerónimo Jacinto de Espinosa. Lonja de Valencia. |
5. Moros
y cristianos en la Almansa de 1662, con motivo de la fiesta de la Inmaculada Concepción
El 29
de abril de 1662, con el fin de manifestar su alegría por la publicación de la
mencionada Sollicitudo omnium ecclesiarum, el concejo de Almansa acordó
que durante los días 15, 16 y 17 de agosto de aquel año se celebrarían fiestas
dedicadas a la Inmaculada Concepción de María, las cuales comenzarían con una
solemne procesión en la que, para hacerla más vistosa, participarían dos
compañías militares ataviadas con trajes moro y cristiano:
“…Acordaron se formen dos Compañías
Militares que acompañen la ymagen de Nuestra Señora en ella, y en forma de
triunfo sea festexada y aplaudida en lo espiritual y temporal, diuidiendo los
trajes en cristiano y moro para que la variedad la haga más vistosa…”.
Asimismo
se procedió al nombramiento de los vecinos que habrían de ostentar los grados
de capitán, alférez, sargento y ayudante de cada una de las compañías, y se facultó
a los sargentos para que designasen a sus ayudantes, a condición de que fuesen
soldados viejos y con experiencia.
Para mayor lucimiento, los festejos incluirían luminarias, fuegos, máscaras, dos comedias (funciones de teatro) y dos juegos de toros, para cuya preparación se nombró una comisión integrada por don Miguel Galiano Spuche (alférez mayor de la villa) y Miguel de Zornoza Marín. Finalmente se ordenó que estos acuerdos fuesen dados a conocer públicamente el primero de mayo, y se pidió a los religiosos franciscanos del convento almanseño que participasen en la Procesión.
En resumen, los acuerdos tomados por el concejo de Almansa el 29 de abril de 1662, tras consultar con el clero parroquial, fueron los siguientes:
GRADOS
|
COMPAÑÍA
DE MOROS
|
COMPAÑÍA
DE CRISTIANOS
|
Capitán
|
Don Joan Marín de las Marinas
|
Don Luis Galiano Spuche
|
Alférez
|
Don Francisco Galiano Spuche
|
Don Thomás Galiano Ossa
|
Sargento
|
Don Luis Huarte
|
Don Pedro de Atiença
|
Ayudantes
|
Don Marcos Enríquez de Navarra, don
Miguel Galiano Spuche, don Antonio Salvador y don Luis Vlloa
|
Para mayor lucimiento, los festejos incluirían luminarias, fuegos, máscaras, dos comedias (funciones de teatro) y dos juegos de toros, para cuya preparación se nombró una comisión integrada por don Miguel Galiano Spuche (alférez mayor de la villa) y Miguel de Zornoza Marín. Finalmente se ordenó que estos acuerdos fuesen dados a conocer públicamente el primero de mayo, y se pidió a los religiosos franciscanos del convento almanseño que participasen en la Procesión.
En resumen, los acuerdos tomados por el concejo de Almansa el 29 de abril de 1662, tras consultar con el clero parroquial, fueron los siguientes:
· Celebrar
fiesta particular al Misterio de la Inmaculada Concepción de la Virgen María el
día 16 de agosto de aquel año.
· Enaltecer
el acto con una Solemne Procesión.
· Pedir
al cura párroco que recomendase a sus feligreses que tal día cumpliesen con los
Sacramentos de Penitencia y Confesión, y los aplicasen, en primer lugar, al logro
de la concordia y la paz entre todos los príncipes cristianos, y en segundo, a
que Dios iluminase a su Iglesia para que declarase dogma de fe el Misterio de
la Inmaculada Concepción de María.
· Realzar
la Solemne Procesión mediante la participación de dos Compañías Militares
ataviadas con trajes cristiano y moro.
· Nombrar
a los capitanes, alféreces, sargentos y ayudantes de ambas compañías.
· Facultar
a los sargentos para que nombrasen ayudantes, a condición de que fuesen
soldados viejos (expertos) de la villa.
· Festejar
la noche y el día de la Fiesta con luminarias, fuegos, máscaras, dos comedias y
dos juegos de toros.
· Declarar
festivos los días 15, 16 y 17 de agosto de 1662.
· Nombrar
comisarios encargados de organizar los festejos.
· Dar
publicidad a los acuerdos el 1 de mayo con la solemnidad acostumbrada.
· Invitar
a los religiosos menores descalzos de San Francisco del convento de Santiago de
Almansa (inmaculistas) para que asistiesen a la Procesión con la imagen
de “...la Limpia Conçepçión por las calles acostumbradas de esta dicha villa
de Almansa...”.
7. Conclusiones
Para
terminar, hemos de decir que ha quedado demostrado documentalmente que los
testimonio escritos más antiguos que conocemos sobre fiestas de moros y
cristianos organizados en Almansa datan de 1662, y son por tanto anteriores a
los que manejan otras poblaciones que celebran este tipo de festejos.
Pero aquellos
actos tuvieron un carácter excepcional, fueron programados en ocasión de la
publicación por Alejandro VII de la Constitución Apostólica Sollicitudo
omnium ecclesiarum, para honrar a la Inmaculada Concepción y no a Nuestra
Señora de Belén, patrona de la villa desde el 31 de enero de 1644, cuya
festividad se celebraba el 6 de mayo en su ermita de la Vega de las Barracas.
Las fechas
elegidas para la fiesta: 15, 16 y 17 de agosto, son idóneas para la
organización de actos al aire libre, y en cierto modo están relacionadas con la
tradición religiosa local, pues el 15 es la festividad de Nuestra Señora de La
Asunción (titular de la iglesia parroquial), y el 17 la de San Roque, cuya
fiesta habían jurado guardar los almanseños en 1530.
No
pretendemos relacionar aquellos festejos de 1662 con las actuales fiestas de
Moros y Cristianos de Almansa, que tan brillantemente vienen celebrándose desde
hace casi medio siglo. No puede hablarse en este caso de tradición o
continuidad, aunque sí de un precedente histórico importante.
8. Epílogo
Trescientos
tres años después, en 1965, un grupo de vecinos del Barrio de San Roque organizó
la comparsa mora de los Beréberes, en un intento de despertar el interés de los
almanseños hacia este tipo de festejos. Si bien en un principio la iniciativa
no tuvo mucho éxito, doce años después la llama acabó prendiendo y en 1977
desfiló por primera vez la comparsa Amanzárabes, dando inicio a la actual Fiesta de Moros y Cristianos
de Almansa, cuyos orígenes y evolución constituyen ya de por sí otra Historia.
Apéndice documental
Almansa,
29 de abril de 1662. Fiestas de la Concepción. Archivo Histórico Municipal de
Almansa. Legajo 1.313. Expediente 2. Folios 24 vuelto a 27.
“Fiestas de la Conçepçión.
Y por quanto a ynstancia de la piadosa
súplica de Su Magestad que Dios Guarde, se a despachado de nuebo boleto en que
Su Santidad de nuestro Muy Santo Padre Alexandro Séptimo fortalece la opinión
piadosa que afirma que la Uirgen Santíssima Nuestra Señora fue conceuida en
Gracia y preservada de la Culpa Original desde el primer ynstante de Su
Concepción, debido a tal circunstancia todo lo que puede tener en su favor,
menos a no estar definida por de fee, y porque qualquier declaración pontificia
que es fuerça de verdad de este Misterio deue ser muy de la estimación desta
villa, por seguir en este el fervor y devoción con que los Reynos de España la
aclaman y defienden por verdadero y estar obligada a ello por especial
juramento, deseando que las demostraciones públicas y exteriores correspondan a
el goço ynterior con que a recivido este nuevo boleto, aviendo consultado sobre
ello a el Muy Reverendo Clero de la Parroquial desta villa, y hallándole en vn
mismo sentir con ella, acordaron que en el día diez y seis de agosto de este
presente año se celebre fiesta particular a el Misterio de la Ynmaculada
Concepción de la Virgen María Madre de Dios
y Señora Nuestra, en la Yglesia Mayor de esta villa, dando principio
desde las vísperas de el día antecedente, con todo el culto y solemnidad que
requiere tan relixiosa función, haciendo en dicho día Solemne Procesión, y se
comete a el Señor Cura de dicha Parroquial amoneste a todos sus parroquianos
que para dicho día limpien sus almas y conciencias por medio de los Santos
Sacramentos, aplicando al mérito por la paz y concordia entre los príncipes
cristianos, y porque Dios Nuestro Señor se sirva de manifestar a su Yglesia la
verdad de este Misterio en el modo necesario para que lo defina por de fee; y
para que la dicha procesión se haga con todo aplauso, acordaron se formen dos
Compañías Militares que acompañen la ymagen de Nuestra Señora en ella y en
forma de triunfo sea festexada y aplaudida en lo espiritual y temporal,
diuidiendo los trajes en cristiano y moro para que la bariedad la haga más
vistosa; y para las dichas compañías, desde luego vnánimes y conformes nombaron
por capitanes a los señores don Luis Galiano Spuche y don Joan Marín de las
Marinas, y por Alféreces a los señores don Thomás Galiano Ossa y don Francisco
Galiano Spuche, y por Sargentos a los señores don Pedro de Atiença y don Luis
de Huarte; y para los moros nombraron a los señores don Joan Marín, don
Francisco Galiano Spuche y don Luis Huarte, y para los cristianos a los señores
don Luis Galiano Spuche, don Thomás Galiano Ossa y don Pedro de Atiença; los
quales, estando presentes, aceptaron los dichos nombramientos y ofrecieron
cumplir el yntento de esta villa con toda demostración y efecto, y porque se
espera que el concurso de dichas compañías sea grande, y conbiene aya personas
de autoridad y respeto que assistan y ayuden a los señores oficiales a el
gobierno y disposición de ellos, en dicha conformidad nombraron a los señores
don Marcos Enríquez de Navarra, don Miguel Galiano Spuche Patrón, don Antonio
Salvador y don Luis Vlloa para que como consiliarios y superyntendentes de la
dicha fiesta assistan con los dichos señores ofiçiales con ygual autoridad en
ella a todo lo que fuere necesario, dividiéndose dos a una compañía y dos a
otra; y para el gobierno particular que toca a el oficio de Sargentos, aparte
de lo acordado, se da facultad a los dichos señores Sargentos para que nombren
los ayudantes necesarios, procurando sean soldados viejos; y assí mismo
acordaron que la noche y día de la fiesta se festexe con diversidad de
luminarias, fuegos y máscaras y juntamente se hagan dos comedias con dos juegos
de toros, açiendo declaración para dichas fiestas los días quince, diez y seis
y diez y siete de agosto, y para que vno y otro tengan el logro que esperan,
para las luminarias, fuegos y luces nombraron comisarios a los señores don
Miguel Galiano Spuche, alférez mayor, y Miguel de Çornoça Marín, a quienes se
librará lo necesario; y porque aya tiempo para la prevención de ellas,
acordaron que el día primero de mayo de este año se haga notorio este acuerdo
con la solemnidad acostumbrada y se les avise y haga notorio a los relixiosos
del conbento de San Francisco de esta villa para que asistan a la procesión con
la ymagen de la Limpia Conçepçión por las calles acostumbradas de esta dicha
villa de Almansa”.
Fuentes:
Archivo
Histórico Municipal de Almansa.
Revista
Oficial de Fiestas de Almansa 1965.
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