1920: EL CRIMEN DEL TREN CORREO




Por Miguel-Juan Pereda Hernández
La víctima y el detenido. Mundo Gráfico, 11.02.1920.

Hace un siglo viajar en tren constituía una auténtica aventura, pues muchos delincuentes solían aprovechar la falta de luz de las horas de la noche para cometer todo tipo de fechorías. En 1920, y como consecuencia de un intento de asesinato, Almansa apareció en artículos de prensa de toda España; en este caso, no por ser escenario de los hechos, sino del lugar donde fue trasladada la víctima para su restablecimiento.
Los hechos según las primeras declaraciones de los viajeros
Según los viajeros llegados a la estación de Alicante, hacia las cuatro de la madrugada del 22 de enero de 1920, el tren correo procedente de Madrid con destino a Valencia y Alicante paró bruscamente entre las estaciones de Alpera y El Ángel, como consecuencia de la alarma activada por un médico que viajaba en primera clase. Los primeros en acudir al lugar de los hechos hallaron a un joven elegantemente vestido tendido en el pasillo, agitándose y sangrando abundantemente por las heridas que tenía en la cabeza y el costado.
El mencionado médico (que según algún periódico era el almanseño don Manuel Manzanera) trató de curar al herido, pero al no hallar ningún botiquín en el tren ni en el apeadero de El Ángel, la primera cura hubo de ser realizada en la estación de Almansa, con el escaso material de que se disponía, ante las protestas de los viajeros indignados por la falta de seguridad y de dotación sanitaria que había en los trenes.
Identidad del herido
El herido fue trasladado al Hospital Municipal de Almansa, donde pudo ser identificado como Fortunato Toni Ruiz, funcionario del Ministerio de Fomento y jefe de la Sección Comercial de la Confederación Nacional Católico-Agraria; una organización sindical creada por la Iglesia y los terratenientes para contrarrestar la acción reivindicativa de los sindicatos obreros anarquistas y socialistas. 
La Verdad era el Órgano de los Sindicatos de la Federación Católico-Agraria.
 Enterado el párroco de la Asunción, telegrafió al presidente de la Federación Católico-Agraria de Murcia, que en Junta extraordinaria acordó que el director del periódico La Verdad (órgano de dicha Federación) viajase hasta Almansa para auxiliar a la víctima. También quedó muy impresionado el obispo de la diócesis de Cartagena, que encargó al párroco que velase para que al herido no le faltase nada.
El Sol, 23 de enero de 1920.
  Declaración de la víctima
Fortunato Toni pudo hablar al día siguiente, y declaró que al poco de salir de la estación de Chinchilla se le presentó un revisor que le picó el billete. Pasados unos minutos, éste regresó y se sentó en su mismo departamento. Habiéndose dormido, despertó al notar un pinchazo en el pecho; se levantó y forcejeó con su agresor hasta lograr quitarle el cuchillo y tirarle al suelo, de donde éste se levantó esgrimiendo un hacha de abordaje, niquelada y de mango corto, con la que le golpeó en la cabeza. A pesar de ello, pudo quitar el hacha al asaltante, morderle en una mano y arrancarle un trozo de carne, haciéndole huir. Acto seguido, el agredido aún tuvo fuerzas para llegar tambaleándose al departamento contiguo, ocupado por dos o tres viajeros, a cuyos pies cayó tras perder el sentido.
Otras declaraciones
Al hilo del relato de la víctima, otros testigos manifestaron que la agresión había tenido lugar entre las estaciones de Chinchilla y Hoya Gonzalo, y al caer inconsciente el herido ante dichos viajeros, éstos huyeron aterrados dejándole solo y desangrándose, hasta que poco antes de llegar al apeadero de El Ángel fue hallado por un teniente de la Guardia Civil que viajaba en otro departamento del mismo vagón. Esta información fue a su vez desmentida por los viajeros aludidos, entre los que había un diputado a Cortes por Alicante del Partido Liberal Demócrata.
El Sol, 24 de enero de 1920.
 Algunos rotativos calificaron el hecho de crimen social
Fortunato Toni explicó al fiscal que viajaba al puerto de Valencia, a la espera del atraque de un barco inglés, para hacerse cargo de 1.000 toneladas de nitrato que habían sido adquiridas por los Sindicatos Católico-Agrícolas; para cuyo pago llevaba en la cartera 450 pesetas, que no le habían sido sustraídas. Esta circunstancia dio pie a que algunos rotativos calificasen la agresión de crimen social urdido por el sindicalismo obrero.
Diagnóstico de un facultativo de prestigio
Días después, dada la gravedad del herido, llegó a Almansa para atenderle el doctor don Modesto Cogollos y Galán, catedrático de Cirugía de la Universidad de Valencia, que tras su reconocimiento dictaminó que mostraba catorce heridas: dos graves en el pecho y otras doce en cara y cráneo; siendo la más preocupante la situada junto al esternón, que por hallarse infectada había producido una bronconeumonía traumática.
Detención de dos ferroviarios
Inicialmente fueron injustamente detenidos un guardafrenos, residente en Alicante, y el maquinista a cargo de la locomotora. Este último fue arrestado en su domicilio de Valencia, cargado de esposas y trasladado a Almansa, lo cual motivó las protestas ante la prensa de una comisión de ferroviarios. Tras prestar declaración en el Juzgado de Almansa, ambos quedaron en prisión incomunicada hasta ser puestos en libertad 22 horas más tarde, a raíz de la detención en Villena de otro sospechoso.
Estación de La Encina. Foto: La Encina Ferroviaria
 Noticias de La Encina
Hacia las cinco de la madrugada del 25 de enero de 1920, se personó en la casilla del guardabarrera de La Encina un hombre con varias heridas, que según dijo se había hecho al caer por un desmonte cuando venía caminando de noche desde Almansa. Tras curarle, la mujer del guardabarrera corrió hasta la estación de La Encina para informar del asunto al jefe de la misma, que por teléfono dio aviso a la Guardia Civil, especificando que el sospechoso vestía traje de pana color tabaco, calzaba alpargatas y llevaba vendadas con trapos la cara y la mano izquierda.
Detención en Villena
La Benemérita hizo sus pesquisas y detuvo en la estación de Villena del Tren Chicharra (Yecla-Villena-Alcoy) a un individuo que manifestó llamarse Manuel García Amado, de oficio ebanista y natural de Ontur (Albacete). Consultada la Dirección de Seguridad de Madrid, se comprobó que con tal nombre aparecía fichado un sujeto con malos antecedentes y anarquista de acción, circunstancia que volvió a ser aprovechada por un sector de la prensa para insistir en el móvil social de los hechos.
La estación del Tren Chicharra de Villena hacia 1970. Foto: J. Ibáñez "Soli".
 La auténtica identidad del detenido
Conducido a Almansa para su interrogatorio, el detenido resultó ser Manuel Pujante Luna, natural de Molina de Segura (Murcia), que contaba con un amplio historial como ladrón y hacía poco había sido excarcelado del penal de Chinchilla. Si bien en un principio el implicado declaró que su móvil había sido el robo, que no había podido consumar por falta de tiempo y la reacción de la víctima, días más tarde cambió su declaración para manifestar que se había entrevistado en Alicante con el presidente de un sindicato anarquista (cuyo nombre no fue capaz de dar), el cual le había encargado que le cortase la cara a la víctima. No obstante, la autoridad judicial determinó que con ello el detenido trataba de embrollar el caso para ocultar el móvil de robo y evitar así una mayor condena por reincidente.
Fortunato Toni regresa a Madrid
A finales de febrero Fortunato Toni se hallaba totalmente repuesto y en condiciones de regresar a su domicilio. Antes de su marcha, fue agasajado en Almansa con un banquete al que asistieron su esposa y las fuerzas vivas de la localidad: alcalde, clero, terratenientes, médicos, juez y otras autoridades. A la hora de los brindis se dio las gracias a cuantos se habían interesado por la salud del herido, se pronunciaron loables discursos por su curación y se elogió el proceder de los almanseños que, independientemente de su condición social e ideología, habían rivalizado desde los primeros momentos en prestarle su auxilio.
El Liberal, 21 de julio de 1920.
 El preso se fuga de la cárcel de Almansa y un obrero muere en Murcia
Pero lamentablemente las noticias relacionadas con el caso no quedarían ahí. El 22 de mayo de 1920, Manuel Pujante Luna logró fugarse de la cárcel de Almansa, aprovechando la confusión creada por un incendio provocado por él mismo.
Dado que era natural de Molina, se pensó que estaba escondido en la huerta murciana, circunstancia que dio lugar a otro suceso mucho más luctuoso. El 20 de julio, alertados y conducidos erróneamente por un confidente, dos guardias civiles vestidos de paisano entraron en el Ventorrillo de Lo Jurado e hicieron uso de sus armas contra dos clientes que se hallaban comiendo frugalmente unos tomates y unas cebollas, creyendo erróneamente que eran el tal Pujante y un cómplice.
Como consecuencia de los disparos, falleció José Navarro Carrasco, de oficio barbero, y resultó herido de gravedad Daniel Vicente García, de oficio alpargatero; ambos naturales y vecinos de Lorca, donde contaban con una excelente reputación e inmejorables antecedentes.
Para intentar justificar la tragedia, el coronel de la Guardia Civil de Murcia emitió una nota de prensa acusando al fallecido y al herido de resistencia a la autoridad. Por su parte, el Sindicato Único de Trabajadores de Murcia y el Comité Comarcal de la Casa del Pueblo elevaron una nota de protesta por lo sucedido “…entre la guardia civil y dos honrados obreros…”, así como contra “…las manifestaciones hechas por el coronel del citado Instituto…”. Asimismo fue convocada una huelga general de 24 horas y se acordó ejercer la acción popular para el esclarecimiento de los hechos.
La víctima, el detenido y el juez. Mundo Gráfico del 11 de febrero de 1920.
 Nueva detención y condena de Manuel Pujante
El 21 de enero de 1921, tras la denuncia del robo de una cartera en el tren mixto de Andalucía a Madrid, cuando dos agentes de la Brigada móvil realizaban un control entre las estaciones de Alcázar de San Juan y Cinco Casas (Albacete), Manuel Pujante Luna fue reconocido y detenido antes de que pudiese hacer uso de la pistola automática que llevaba. En el registro de sus pertenencias se le incautaron cinco trajes nuevos, cinco cargadores, un alfiler de diamantes, tres sortijas y un reloj de pulsera de oro.
En noviembre de 1921 comenzó en la Audiencia Provincial de Albacete la causa instruida por el Juzgado de Almansa contra Manuel Pujante, bajo la acusación de asesinato frustrado y uso de nombre supuesto, siendo condenado a catorce años, ocho meses y un día de prisión. 
Personal del Juzgado de Almansa y agentes de Vigilancia. Mundo Gráfico 11.02.1920.
 Fortunato Toni y Almansa
Las buenas relaciones entre Fortunato Toni y Almansa se mantuvieron; así vemos como en mayo de 1925 fue invitado a las Fiestas de la Coronación de la Virgen de Belén, siendo miembro del Jurado calificador del Concurso de Calles Engalanadas, junto al historiador Julián Zuazo Palacios. 
Las firmas de Julián Zuazo y Fortunato Toni en el fallo del Jurado del Concurso de Calles Engalanadas organizado en mayo de 1925. Foto: AHMA.
 En mayo de 1927, la Colonia Almanseña de Madrid adquirió una imagen de Nuestra Señora de Belén con el fin de entronizarla para su veneración en la madrileña iglesia de las Maravillas, siendo invitados al acto de su presentación, entre otros, Pascual Marquina y Fortunato Toni.
Muerte de Manuel Pujante
En la madrugada del lunes 27 de julio de 1931, Manuel Pujante Luna apareció muerto de un tiro en el Parque de Canalejas de Alicante. Tras diversas pesquisas, a finales de marzo de 1932 el caso fue sobreseído, quedando en el más absoluto misterio la identidad de la persona que le disparó.
Trayectoria posterior de Fortunato Toni
Fortunato Toni hizo carrera en el mundo de los seguros; en 1945, era director general de Los Previsores del Porvenir y fue condecorado con la Gran Cruz del Mérito Civil. En 1951 era vicepresidente de la Junta de Gobierno del Instituto de Actuarios Españoles. Se jubiló en 1960 como Inspector Jefe del Cuerpo Técnico de Inspección de Seguros y Ahorro.
FUENTES:
Archivo Histórico Municipal de Almansa.
Biblioteca Digital de Albacete.
Biblioteca Virtual de Prensa Histórica.
Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de España.
Hemeroteca del Archivo Municipal de Murcia.

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